El terror —y el cine en general— tiene esa mala costumbre de explotar hasta el hartazgo los géneros que se ponen de moda. Por supuesto, algunos duran más que otros; pero, tarde o temprano, todos sucumben ante el cansancio de la gente. Y los found footage movies no fueron la excepción, pues tocaron el cielo con el “Proyecto Blair Witch” y se estrellaron contra una montaña con “The Amityville Haunting” —entre otros—.

Sin embargo, a veces aparece una película fresca y entretenida que nos llena de esperanzas. Y ese es el caso de “Deadstream”, una de las mejores películas de terror del año.

Cuando el streaming comienza, Shawn arroja al bosque las bujías de su coche y hace otro tanto con las llaves de la casa, y pone cámaras en cada habitación. Todo es risas y chats con los viewers, hasta que los demonios aparecen…

“Deadstream” es una película independiente, de tono bizarro y cómico, que atrapa desde el minuto cero. Y todo gracias a la edición de los directores, que lograron secuenciar dos millones de cámaras diferentes —primer punto fuerte—, y a la actuación de Joseph Winter, que se pone al hombro la historia —segundo punto fuerte—. 

Algunos van a decir que hay una crítica a la cultura de la cancelación, a la vorágine de las redes por conseguir seguidores, y qué sé yo cuántas cosas más. Y si bien hay algo de cierto en ello, me parece que la película trabaja en un nivel más inmediato: el de entretener.

Leí por ahí que “Deadstream” está sobrevalorada, o que intenta ser “Evil Dead” y que no le llega ni a los talones. Yo creo que es una propuesta interesantísima, de gran nivel, y que le abrió las puertas a los directores para mostrar un terror que, claramente, saben hacer —el último segmento de la nueva V/H/S 99 es de ellos, y es el mejor—.

¿Moraleja de la historia? Miren “Deadstream” que les va a encantar.